La cría de ganado se lleva a cabo en alrededor de 65 millones de hectáreas de pastos, también bajo la condición de un uso ecológicamente racional del suelo, evitando el sobrepastoreo mediante prácticas de rotación o la implementación de prácticas silvopastoriles*.


Además, esta gran superficie contribuye significativamente al secuestro de dióxido de carbono, reduciendo el impacto de los gases que causan el calentamiento global: en nuestro sistema agrícola se secuestra más carbono del que se emite.

Es nuestra responsabilidad ayudar a luchar contra el cambio climático y contribuir a lograr una economía climáticamente neutra.